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Un tribunal ruso ha congelado las acciones de la filial local de Raiffeisen Bank International (RBI), bloqueando la venta de la unidad rusa del banco e intensificando las tensiones entre Moscú y Occidente.
RBI, con sede en Austria, el banco occidental más grande que aún opera en Rusia, se había comprometido a deshacerse de su negocio en Rusia bajo presión de los reguladores internacionales. Sin embargo, más de dos años después del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, se ha avanzado poco en este frente.
Un portavoz de Raiffeisen declaró que, si bien la decisión del tribunal ruso impide la venta del banco, no afecta sus operaciones en Rusia ni las demandas del Banco Central Europeo para reducir el negocio.
“Aún podemos nombrar la directiva y dar instrucciones a los rusos, pero no podemos vender el banco”, dijeron. RBI planea impugnar el fallo del tribunal, que marca la congelación más significativa que involucra a un banco occidental en Rusia.
Aunque UniCredit de Italia también enfrenta presión para salir de Rusia, la mayor presencia de RBI se ha convertido en una prueba de la determinación de occidente de cortar los lazos económicos con Rusia. Con 2.600 clientes corporativos, 4 millones de titulares de cuentas locales y 10.000 empleados, RBI es crucial para facilitar pagos internacionales en Rusia, un rol que las autoridades rusas quieren que mantenga.
Sin embargo, los reguladores occidentales están impulsando un resultado diferente. El Banco Central Europeo insta a RBI a reducir su negocio en Rusia, ya que el banco sigue siendo un canal vital para que millones de clientes rusos transfieran euros y dólares al extranjero. Con más de 18 millones de clientes desde Viena hasta Moscú y 44.000 empleados, Raiffeisen sirve como un centro financiero crítico para Austria y gran parte de Europa del Este.
Desafíos legales y de sanciones de Raiffeisen
La congelación de las acciones de Raiffeisen está relacionada con una reciente reclamación de la empresa de inversión rusa Rasperia contra Strabag y sus accionistas austríacos, incluida la unidad de Raiffeisen. Aunque el banco no es acusado de ningún delito, se ha visto involucrado en la disputa legal.
El banco había intentado anteriormente comprar una participación en el grupo de construcción con sede en Viena, Strabag, de una empresa vinculada al multimillonario ruso Oleg Deripaska, quien ha negado cualquier asociación actual con Strabag y ha calificado las sanciones occidentales en su contra como infundadas.
El Tesoro de EE. UU. señaló en mayo que una empresa rusa, Iliadis, se había creado para adquirir Rasperia, que poseía las acciones congeladas de Deripaska. Este movimiento ha complicado aún más la posición de RBI, especialmente porque la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de EE. UU. ya había iniciado una investigación sobre las actividades rusas de Raiffeisen a principios de 2023.
Debido a la presión de Washington, Raiffeisen este año abandonó los planes de comprar la participación de Strabag, un acuerdo que inicialmente estaba destinado a liberar fondos del banco que actualmente están congelados en Rusia.