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El crecimiento del sector de servicios de China se desaceleró en septiembre, ya que la expansión de nuevos negocios alcanzó su ritmo más débil en casi un año, a pesar de un aumento en la demanda de exportaciones, según una encuesta del sector privado publicada el lunes.
Disminución de la demanda interna de China
El índice de gestores de compras (PMI) de servicios Caixin/S&P Global cayó a 50,3 en septiembre desde 51,6 en agosto, marcando su nivel más bajo desde septiembre de 2023. Una lectura superior a 50 indica crecimiento, mientras que por debajo de 50 señala contracción.
Los nuevos ingresos por negocios solo aumentaron ligeramente, con un crecimiento que se desaceleró al ritmo más débil en 11 meses. Sin embargo, la demanda del extranjero se incrementó, con nuevos negocios desde el exterior aumentando al ritmo más rápido en tres meses.
A pesar del modesto crecimiento en nuevos negocios, las presiones de capacidad permanecieron evidentes, ya que las empresas lucharon por mantenerse al día, lo que provocó un aumento en el trabajo acumulado y un incremento en la contratación. El empleo en el sector de servicios se expandió, revirtiendo la caída observada en agosto.
Los encuestados informaron de mayores costos de insumos, impulsados por el aumento de los gastos en materiales, mano de obra y energía, pero las empresas se mostraron reacias a subir los precios debido a las crecientes presiones de costos. La confianza empresarial general cayó a su nivel más bajo desde marzo de 2020, con las empresas expresando preocupación por el aumento de la competencia y las incertidumbres en el panorama económico global.
Combinado con el PMI manufacturero, el PMI compuesto Caixin/S&P Global también cayó a 50,3 en septiembre, desde 51,2 en agosto.
“En general, los últimos datos macroeconómicos han estado por debajo de las expectativas del mercado”, dijo Wang Zhe, economista del Grupo de Insight de Caixin.
“La demanda interna efectiva insuficiente sigue siendo un problema destacado, con una presión significativa sobre el empleo y un débil optimismo que limita la disposición y capacidad de las personas para gastar”.
La semana pasada, los principales líderes de China reconocieron que la economía enfrenta “nuevos problemas” y pidieron nuevas políticas para “estimular el crecimiento con fuerza”. También instaron a estabilizar el mercado inmobiliario en dificultades y desplegar un gasto fiscal “necesario”.
En respuesta, el banco central de China introdujo sus medidas de flexibilización monetaria más agresivas desde la pandemia y se espera un mayor apoyo político pronto.