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El Banco de Japón (BOJ) se dispone a considerar una subida de tasas el miércoles, junto con un plan para reducir significativamente sus compras de bonos en los próximos uno o dos años, señalando un importante cambio en su política monetaria expansiva de largo plazo.
Esta decisión contrasta con la dirección actual de la Reserva Federal de EE. UU., que podría incluir recortes de tasas tan pronto como en septiembre debido a un clima económico diferente.
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Fuente de la imagen: The Malaysian Reserve
Durante una reunión crítica de dos días que concluye el miércoles, el BOJ planea discutir la reducción a la mitad de sus adquisiciones mensuales de bonos, alineándose con las expectativas del mercado y marcando un claro movimiento hacia el endurecimiento cuantitativo. Además, el BOJ elevará deliberadamente el objetivo de la tasa de interés de llamada nocturna al 0,25% desde su rango actual de 0-0,1%, niveles no vistos desde 2008.
Esta estrategia representa una desviación significativa de la postura política habitual del BOJ, especialmente a medida que la dinámica del mercado se ha ajustado, con el yen fortaleciéndose en anticipación de la subida de tasas.
A pesar de las predicciones dominantes del mercado que favorecen tasas sin cambios, los ajustes potenciales del BOJ sugieren una disposición para la transición a un entorno de tasas de interés más alto, reflejando confianza en la resiliencia económica de Japón a pesar de las recientes presiones inflacionarias y aumentos salariales.
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Fuente de la imagen: The Japan Times
El gobernador Kazuo Ueda ha indicado que se podrían implementar futuros aumentos de tasas si el crecimiento salarial respalda una inflación sostenida alrededor del objetivo del 2% del BOJ. También mencionó que el banco central tiene como objetivo ajustar las tasas a corto plazo a un nivel neutral que ni restrinja ni estimule el crecimiento económico, proyectado entre el 0,5% y el 1,5% en los próximos años si la inflación permanece estable.